Asklepios

Sucedió el día que despertó la locura

Sucedió el día que despertó la locura

completamente vacía junto a

la imaginación.

Era lugar donde, por costumbre,

solían planear las inocentes ocurrencias,

todas las ideas y la infinidad

de lo posible; ese lugar donde, a veces,

se dejan ver las balaustradas que todo desierto tiene y,

donde los dioses todavía se entretienen

al recordar los olvidados

días de su crueldad divina,

sus burlas y desprecios hacia las

absurdas vestimentas de los

primeros difuntos y donde

lloran también cuando les da por

añorar el rastro de las

remotas miserias que siempre dejaron

tras sus innumerables abandonos.

Aquel día, ciertamente,

el mundo comenzó a

ignorar, despreciar y olvidar a

los dioses.