Me retuve a otear unas espléndidas flores
Los pétalos se abarrotaban de la desesperanza
El ambiente salubre con benévolos olores
La turbación las marchitaba y les malograba la esperanza.
De lo alto de unas gradas un mortal las capturaba
Con su mirada arraigando hipnotizado se acababa
El sol se solapaba y el cielo se nublaba
Y el aves del parterre vocalizaba.