Siglos y siglos
postrado en inútiles camas
avejentado en parciales guerras
dominado por atroces vestigios
golpeado por ladinas intenciones
simulado en los altercados nacionales
inventariado como una mina anti persona.
Henchido en el camastro hundido en la negrura
países solicitados con caparazón de armario
en lo invencible del día, su ámbito reanudado,
su color de gloria vieja y acaecida hace tiempo.
Vomito, me ahuyentan las galaxias y me huyen los palacios
donde observo los latidos de un corazón pese a todo,
hermoso, hermético, mausoleo que gesta sus cenizas
probablemente mañana.
Seguido-.
Pero veo demasiados actos atroces
bestias de pelaje indómito cornamentas insólitas.
Veo ese estigma del proscrito en las tabernas del odio.
Huelo los labios del que muerde la manzana podrida.
No! me bajan verdaderos arreglos insondables
de músicas y partituras rotas, acaecidas en tiempos gloriosos
aunque de pena, ingente.
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