Caigo
en este vacío infinito
hecho de tu
maravillosa esencia.
Atrapado en cadenas de aire
talmente presente
que casi me sofoca
precipito
a lo largo de éste túnel vertical
del cual no veo el fondo.
Buscaría de detener el vuelo
agarrándome a la hiedra
de mis desilusiones
pero no las encuentro, no más.
Otra cosa no queda que vivir
la virginidad de ésta emoción
que me ve abrir los brazos
simulando un latido
de las alas que me haz regalado
y atravesar la atmósfera
en dulce caída libre
dentro de mí.