Guardián De Ángeles

BÉSAME MUCHO

Bésame, amor mío, primero posa tus labios en mi frente y bésame el pensamiento para que puedan florecer las azucenas en el campo de mis sueños.
Bésame, mi Reina, electriza con la savia de tu boca mis álgidos labios para que puedan las tormentas agitar las nubes pluviosas en el cielo de mis esperanzas.
Bésame, amada mía, que nuestras húmedas lenguas dancen acelerando mis pulsaciones para que puedan tener fuerzas los ríos que se despliegan sobre la piel sedienta en el mundo de mis deseos.
Bésame, hermosa mía, te lo suplico, juntemos nuestros fluidos y nuestras almas, para que los astros sidéreos mantengan su sincronía en el cosmos expansible de mi fe.
Bésame, mi eterna compañera de vida, tan dulcemente hasta que de mi vientre emerjan mariposas que acaricien tu espalda y nuestros cuerpos se entrelacen circundados por los muros de nuestros brazos.
Bésame, alma de mi alma, intensamente y al besarme desintegra los seres míticos de mi torso en la proximidad de tus senos y que tus labios marquen con el tinte de tu secreción mi boca, mis mejillas y mi cuello.
Bésame, oh bella doncella, así sin pausas, aunque en el reino de mis miedos los pérfidos dragones sigan destrozando a mis endebles guerreros.
Bésame, dueña mía, delicadamente, sin desfallecer, hasta que el centro de la tierra se agite y hagan erupción los imponentes volcanes.
Bésame, mi incondicional aliada, cerrando los ojos, hasta que los nocturnos aullidos cesen y en la piel sintamos los rayos del sol en la naciente alborada.
Bésame, mi eterna mujer, con pasión, hasta que dejemos de ser dos y nos unifiquemos para siempre para remontarnos hacia la vida juntos más allá de la muerte.
¡Bésame, linda mujer de mi vida, bésame mucho!
¡Bésame, oh mía, tan sólo bésame sin parar!