Me conformo en rozarte cuando tú te me acercas
como viento sin rumbo, en mitad de la noche
que, de pronto, se va por senderos ignotos
donde el sueño es promesa y la carne se calma.
Me conformo en mirarte, aunque aún no te vea.
Me imagino en tus sueños, respirando la vida
al aliento de un beso, al calor de otro día
con la piel desatada y las ganas abiertas.
El silencio y la ausencia se deshacen así...
Me imagino y no puedo imaginar sin ti.
Me conformo en tu forma cuando estás junto a mí.