Vive clavado en el centro del cráneo,
un incesante puñal latente en todo ser,
incrustado desde el primer deleite,
que penetra arraigando la impulsiva y ciega busqueda,
siempre insatisfecha,
columpiando entre el efímero extasis y el profundo vacío,
donde yacen las tierras fértiles de los viciosos males,
mas entre las masas codiciosas y punzantes,
pasando sin ser visto su peligroso filo mutilador,
disfrazado de placeres engañosos,
exasperando nuestra plácida sangre,
abriéndose pasó a su antojo por nuestras venas,
con sensuales cosquillas cercenadoras,
se dilatan a pasos de epidemia,
repugnantes y miserables plagas,
en placeres sin amores,
cumbre de todas las aberraciones,
disociada y olvidada deja a nuestra pobre alma apuñalada,
desmembrada de la ya putrefacta y mal oliente carne,
¡Carne siempre insatisfecha!
Leonardo León - Septiembre/2021
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