Esclarecer la mente, el alma, y el corazón,
como aquellos \"locos\" rebeldes, que van por allí, sin nombre,
pero con una verdad que ofrecer, y una razón.
Porque no comparten ambigüedades,
de aquellas que aplastan tanto al corazón.
Y no siguen la corriente, si eso significa perder el amor.
Quien es verdadero consigo mismo, tiene paz en su corazón.
Y no quepa en ellos la mentira,
pues optan por la verdad, como otra forma de amor.
Que vivan aquellos rebeldes,
que sabiendo estar en un mundo de engaños,
transmiten la verdad, y construyen con ello la verdadera revolución.