Cuando mi verso se encumbra,
en los confines del numen, de rimas llega un cardumen,
por el caudal que acostumbra,
yo escondido en la penumbra,
lanzó mi anzuelo en la orilla,
en donde la luna brilla,
y me guio por su reflejo,
y alli la musa un bosquejo,
me dicta en forma sencilla.
Maikel Mendoza