Ya no soy el de ayer
ni tampoco soy el mismo.
Pero te sigo queriendo
entre besos y suspiros.
Soy el de las sombras
y de los ojos dormidos.
Soy el que sueña sin soñar
y cierra la puerta del olvido.
Los años pasan ligeros
y en el tiempo nos perdimos.
Cada uno por su huella
y tan lejos del destino.
Nunca seré él de mañana,
ni aceptaré estar herido.
Busco recuerdos en vano
sin saber por dónde has ido
y te veo en cada esquina,
sonriendo con ojos vivos.