No me importa a donde ir,
mientras tenga el valor
para sostener la mano del otro
y amar el paso del tiempo.
En todo lo que hago
la indignación y el amor se besan,
quiero escribir la senda por donde camino,
sin pensar cual será mi destino.
En mis noches tristes,
en mis alegres farras,
en mis deseos,
y en mis lágrimas
pongo mis sentimientos...
en el mejor de los casos escribo
mi camino como pienso,
para amar impasible,
en las arenas movedizas
de un futuro incierto.
En la nada del desprecio y el ruido,
en el mar vivo de los sueños despiertos,
donde no hay sentido de la vida ni alegrías.
Recuérdeme cuando haya marchado lejos,
hacia la tierra del silencio.