Mi maestra me hace más fácil la aritmética.
Adoro a mi bella maestra
tan especial y tan querida,
me enseña con significado
cosas que antes no las sabía.
Que no debo memorizar
lo dice su pedagogía,
y me coloca como ejemplo
la propiedad conmutativa.
Si deseo multiplicar
y por los nervios se me olvida,
debo sumar como lo indica
la primer y segunda cifra.
Si sumo ocho veces el cinco
y cinco por ocho enseguida,
luego puedo hacer lo recíproco
que la igualdad lo convalida.
En efecto, como la aprecio
que responde como la vida,
el mismo aprecio me devuelve
en bella lección consabida.
Hermes Varillas Labrador
#FormandoCiudadanía & #ElArcoIrisDeLosNiños