jesus alberto porras

El ocaso

Después del ocaso

En el umbral de la noche,
Se acaba mi aliento.

Muerte de este amor. 

La voz no se escucha,
Solo el silencio aterrador.

La tumba fría.

este témpano de hielo
Es tu corazón,

Dos voces apagadas.

El ocaso llegó,
Con la primavera.

En la tumba solo yacen huesos. 

Este amor sigue latente,
el espíritu aún sigue amando.

Las penumbras visitan,
este eco enmudece,

Pues es solo un cuerpo inerte.