Aquí te amo queriendo pájaros en tu puerto
un puerto que te espera con ansias del pecado,
que mueve a mi contento de amor desesperado.
Amanecer de encuentro de tu mirar despierto.
Aquí te amo esperando del aromado huerto,
embrujo de tu beso, tu beso enamorado,
de volver a tu lado con tu beso soñado,
de seguir siendo el fuego de nuestro amor incierto.
La niebla vespertina la brisa de los pinos,
acarician el vuelo de un pájaro relente
besando el paisaje con su canto y sus trinos.
Los prados aromados dibujan el poniente,
dibujan esa tarde con sabores de vinos
Sauvignon espumante sobre el mantel rusiente.