Tus ojos,
tus ojos tienen
la magia del amanecer
en el campo; el bálsamo de
tus miradas, ha sanado una a una
las heridas que el río llevaba por las
espinas del camino; la melodía sosegada
de tus ojos, destruyó una a una las garras
del hastío que andaba por las calles de
esta ciudad persiguiendo mis sueños
sin descanso; acosando
como fiera hambrienta, cada uno de mis pasos.