Ya resulta evidente que sabrás lo que digo
como alguna palabra sin mañana ni ayer;
pero apuesto que siempre te leerás conmigo
lo que nunca has creído ni has llegado a creer.
Y resulta evidente que estás lista y sin traje;
con aquella costumbre que quizá se olvidó,
sin tenerte te llevo aún sabiendo que el viaje
se ha quedado en propuestas y jamás se aprobó.
Y resulta evidente que te apuesto con ego,
pero no quiero hacerlo sin saber la verdad;
la inocencia del árbol, pues la prenden con fuego
y el engaño del amor es la felicidad.
Dux Den