Caminas,
entre los senderos
que te vieron nacer,
un paso atrás, tu niñez.
La mano agrietada
que sostuvo tu mano,
suelta tu mano
para seguir al tiempo,
su ruta,
como burbujas de olas,
llegan a la orilla,
mientras, el viento le trae
las campanadas
y dobla
su tronco de árbol eterno.
Regresas,
el mismo pedazo de tierra,
los caminos han cambiado.
El mundo es más pequeño,
El horizonte más cercano,
la sangre
de tu cuerpo,
recorre tu vida.
Este mundo es más pequeño
que ayer.
Esas manos perdidas,
Esas palabras escuchadas
te enseñaron, tierra es grande,
la vida pequeña.
Y, cuando los sueños se queden
indiferentes en el camino,
mañana, el horizonte
más lejano,
tu caminar más extenso.
Solitario entre el tiempo,
tus pies desnudos,
recorren el amor
siguen un hilo,
que sostiene tu alma.