VITRALES DEL ALMA

EN EL DORADO CRISTAL

 

Esa inquieta y frágil alma mía. La miré perderse entre el bosque frondoso del pensamiento. Quise detenerla, pero que va. Escapó silente y presurosa.
 
Meditabunda y sola, caminé largo y parejo por aquel bello momento. Mientras, la ígnea imaginación, volaba y volaba hasta caer en el lago insondable de los lamentos.
 
No podía quedar atrás la diafanidad del Satélite Celestial, la luz de la Estrella Vega y la magia primaveral
 
Arqueando mi cuerpo sumergí mis dedos en el dorado cristal.
 
 
 
Fuente iridiscente de cantos
Y aleluyas
 
Canciones y amores
Luz de perfumadas flores
 
Precioso rubí
Mirada azul
Fuego sideral
 
 
 
 
Imagen: Créditos a su creador
Luz Marina Méndez Carrillo/10092022/ Derechos de autor reservados.
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