De noche…
Te deseo… latente, asaltando mi alcoba,
derritiendo mis sentidos al tacto de tu piel…
avizorando mis ansias, ocultas en mi aljaba
desatando la pasión que amenaza, salir en tropel.
De madrugada…
Me arropo con la obsesiva ansiedad de tu boca,
aspiro del aire la fragancia de tus amaneceres,
y tus sutiles caricias mis sentidos trastocan;
me haces transitar por el laberinto de los placeres.
De día…
El rastro de tu huella aviva el sentido de mi vida,
florecen mis campos y me lleno de sus aromas;
la chispa de tu amor se vuelve llamarada…
cada vez que evoco tus ojos, el deseo se asoma…