Después de una agitada mañana
Dio inicio su vuelo a la aventura
En un rincón de la selva
Sobre la línea ecuatorial.
El suelo despoblado
Alentó el descenso
Y un barasano
con porte de inglés
Y fina apariencia
Encabezó el recibimiento.
Un improvisado camino
Tallado por pies y manos
Fue la conexión
Con el puesto de salud
De un caserío disperso
Típico de la región.
Una tarde soleada
La humedad imperaba
El silencio era constante
No había afán,
Estaba en tierra firme.
En el interior de la penumbra
Se escuchó \"buenas tardes\"
De una paisana,
Que iluminó el salón
Con sus atlánticas facciones,
esbelta silueta,
estatura mediana
Y cortos cabellos
Que sostenían moñitos.
De remediar sinsabores
En la alejada comunidad,
Es la encargada,
Armada de agujas, pastas
Hilos, guantes, sonrisas
Y dedicación.
Pescador y tolomba
También llegaron al lugar,
A construir un sueño
El porvenir del pueblo.
Por su parte,
La morena risueña,
De dulce voz y
Sensata sonrisa,
Se dejó seducir
Por el verde jardín
Y un poco de ensoñación.
Así pasaron los días
Entre lluvia, río,
Senderos y humanidad
Y se robaron el corazón
De un foráneo idealista
Que ya desea regresar.