No es que te extrañe a ti,
Extraño los buenos días
Al café de la mañana
Y a esa habitación vacía.
No es que te extrañe a ti,
Extraño tus dulces palmas,
Arropándome las manos,
Arropándome hasta el alma.
No es que te extrañe a ti,
Extraño la expectativa,
Del portal hasta que sales,
De tu aroma con la mía.
No es que te extrañe a ti,
Me extraño a mí estando contigo,
Con la luna de testigo,
Y aquel brillo que perdí.