La naturaleza agradece inclinada
allá donde se pose
encuentra aliada
pues de su gesto la cosas son
sus rayos dan vida sin distinción
Más el hombre no le agradece la llegada
corre tras un futuro en escapada
de espaldas persiguiendo su destino
camina y camina, sin camino
La única libertad que la vida merece
es un virarse de frente
y afirmar lo evidente
Ser testigo presente
celeste y terreno
Dejar de correr, parar y ser encontrado
Sea lo inevitable lo más adecuado