José Ángel Pineda

Irreparable

La pena sibilina

en los castigos que ofrecemos

y en las caricias que damos

en la piel tatuada de los cuerpos

en ruinas, un enorme monumento,

a la alegría y a la abundancia,

muy bien nos merecemos…

el amor se lleva en un cielo

que guardamos en la bolsa,

las tripas con demencia, elevan

la parada al hastío,

el déficit incrementa mi fortuna

con una pasión fecunda, el amor es así…

en estos días.