Un puerto quebrado con hierba encendida
despega la esencia nula,
plenilunio de carencias,
tallo que abisma lo incrédulo,
el envés de la hoja llora
al regarse con aspersores que desprenden granizo,
el lienzo imprime colores inextricables,
hurga el pirata en medio de tesoros,
suenan las teclas de una máquina que no escribe,
hacinando solo textos invisibles.