Han visto mis ojos tantas glorias mundanas y efímeras reducidas a una llamita, y he escuchado los mayores redobles de campanas despertando golondrinas y sin embargo estoy aquí tan inmutable como las terracotas que solo los estudiosos observan, he visto sin salir de esta nave fastos de triunfo, gloria y muerte, y ese reloj ha contado más horas de mi vida, que de nadie, ya no me hallo fuera de estas piedras, no me hallo sin las luces descompuestas de las vidrieras, he visto todo lo que pueden esconder estás bolsas bajo mis ojos, soy un espíritu más habitante de las luces y tinieblas de las catedrales