Miguel Angel Garrido

ALBA EN ROMA

Como un cristal velado por la lluvia,

así del cuerpo tira lo perdido

y una aurora de rosados dedos

despierta en las calles su tristeza.

Como un cristal velado por la lluvia,

así del cuerpo tira lo perdido.

 

Lo mismo que diciembre en los terrados,

las nubes bajas y grises filtrándose

derraman luz del Campo rumoroso

o Roma pueblan de paz invisible.

Lo mismo que diciembre en los terrados,

las nubes bajas y grises filtrándose.



Ciudad de tus promesas que no han sido

y la inquietud de ayer, y lo brumoso.

Que mira con sus Piazzas de otro tiempo

al cuarto y la luz fría del parqué.

Ciudad de tus promesas que no han sido

y la inquietud de ayer, y lo brumoso.

 

Como el invierno, estamos aquí ahora,

palpita un sol eterno y lejano.

Vivir importa, no basta quererte:

estás por cada arruga de mi piel.

Como el invierno, estamos aquí ahora,

palpita un sol eterno y lejano.



Y más allá del cielo, en lo pasado,

las siete cimas y la nada ves.

Con una aurora de rosados dedos

despierta en las calles la tristeza.

Y más allá del cielo, en lo pasado,

las siete cimas y la nada ves.