Su rostro precioso y perfecto
secreto divino posee;
del ángel que siempre provee
de luz, el fulgor mas dilecto.
Su cuerpo sensual, sin defecto,
consigue que mi alma bombee,
caudal de pasión que caldee
mis fibras, con mágico efecto.
Se altera mi ritmo cardíaco
al ver su figura impecable;
que porta el calor mas helíaco
que encierra el misterio insondable,
de amor inmortal dionisíaco.
Autor: Aníbal Rodríguez.