Ando adolorida de distancias, sin rumbo y de fracaso.
Hoy los malos recuerdos me abruman y los rechazo.
El recuerdo en soledad es maldición de los mendigos.
No pido nada e increpo todo desamparo y lo maldigo.
Todo mi ser yo lo diera, por olvidar que, esto es ocaso.
¡El corazón es brújula de razón y sentir, no lo niegues!
Soy libre como el viento y cuando la brisa se desata,
suelto la amarra del sufrir y el sentir que maltrata.
Es para mí una desdicha amar en retazos de tiempo.
No me visto de sumisión y no soy un pasatiempo.
Rudo es, callar el dolor por un sentir que no aquilata.
¡El amor cierto, jamás tendrá menguas deliberadas!
Dolor, angustia y tedio, mi alma soñadora soporta.
Injusto es un sentir que, para no ofender, se acalla.
Desdichas trae el amor, si ese amor no conforta
Mal consejo es: cuidar el amor que no da la talla.
Es triste charada el amar, a quien nada le importas.
¡Si se ama con certeza sólo cabe sencillez y firmeza!
Al cielo le pedí tanto, que hoy, sólo le pido olvidarte.
Benditos los santos que me dan paz, en orden divino.
Cada día soy más feliz ya que, a ratos, logro borrarte.
Siento, dolor y desamor pero, a aguantar, me conmino.
Sí se quiere, cómo yo te quiero, sólo me da por rezarte.
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¡Benditas sean las madres que te claman por el olvido.
Desean glorificar con su fe, por todo lo que has sufrido!