Ya no es el rosa
De su rebeldía sin causa.
Ni el rojo vibrante,
De mujer enamorada.
Tampoco el blanco inmaculado
De su párvula inocencia.
No, el negro constante,
En sus noches de desvelo.
Hoy es gris. Gris,
Gris plata coronando el pensamiento.
Gris sereno, abrazando los recuerdos.
Cálido, misterioso. Permanente compañero
Amalgamado de verde, verde esperanza
Y amarillo radiante. Y apacible azul cielo.
Construyendo un arco iris
Que enmarcará sus sueños.
En los ires y venires
De su trajinar eterno.
Martha Patricia-Arauca-Nov-2018