Lucy Quaglia

Algonquin Número 4

 Estos poemas son mansos,
son buenos, humanos,
alegres, simpáticos,
si no dicen nada
de cosas lejanas
que van arreglando
el futuro mío
y el del Alejandro.
Estos poemas son simples,
son vagos, son raros,
tienen el color 
de mis ojos llanos
que lloran a veces
desde muy temprano.
Estos poemas recuerdan
horas que pasaron
mordiéndome la lengua
y llorando bajo
la angustia de un día
del tiempo en la mano.
El sonido del agua
tan cerca en el lago
y el suave mecerse
del viento pasando
entre ramas verdes
me llegan cantando
mientras mi optimismo
es cauto y profano.
    (Escrito antes del 2015)