Punta del racimo que pende,
cuán delicadamente erecta
-racimo moscatel néctar destila
apasionado-.
Amoroso sobre el amado,
la amada echada encima,
inclinándose el pecho cuelga
mimosa.
Dulce roce que esperan
labios gruesos
de sed ansiosa...
Entre las gasas de un atardecer,
que reventado
se va...,
ansía mimar el pezón
del seno
-fruto sensual
de virgen pudorosa,
pureza rósea incitante...-,
que a milímetros de su boca
colgado está...
Del monte
la cúspide
lentamente a la boca del amado
se acerca...
Boca y pezón
apasionadamente
se gozan...
(Rosa y clavel
en el jardín se encuentran...)
(salvador)