Vuela una música de violoncelo
en una tarde que se esconde
bajo unas nubes de terciopelo
que persiguen mi horizonte.
Escucho esa música y la siento,
de muy lejos suena y viene,
y me trae tu vivo recuerdo
en un día gris que languidece.
Se acerca y me susurra al oído
una melodía que me acaricia,
que me trae de ti una sonrisa
y súbito, me levanta el ánimo.
Las nubes son ya seda transparente,
apareces esbelta en la cima de mi cielo
y la tarde en bella noche se convierte
mientras suena a vida el violoncelo.
11 de junio de 2009
Pau Fleta