EL REGALO DE JIMENA
Para Jimenita. para que crezca sana y feliz
Erase una vez que hay una ciudad muy, muy , pero que muy grande, donde vive una niña, que es pequeña y linda llamada Jimenita.
No se sabe cómo pero su ángel de la guarda abrió una puerta secreta en su casa y le envió un gnomo pequeñito y gordito con un precioso gorrito rojo, la niña no le veía porque era invisible, pero cuando dormía le llevaba al mundo secreto de la ilusión, luego cuando se despertaba no recordaba nada de sus dulces sueños.
Un día que la niña había sido tan buena que el gnomo decidió que si hacía la niña un bonito dibujo como recompensa la acompañaría al Mundo Secreto de los Duendes donde reina la Ilusión, un hada dulce que llenaba de alegría a los duendes y a todos sus habitantes.
Jimenita pintaba un dibujo de una casa y cuando pintó la puerta, apareció montado en una mariposa el duende y la cogió de la mano y entraron por el postigo de la casa que fue creciendo y creciendo y pudo entrar la niña con el gnomo.
El gnomo le dijo bienvenida al mundo de la Ilusión donde puedes venir siempre que quieras cuando cierres los ojos y dejes volar tu imaginación.
Se subieron en una sandia enorme conducida por caballos blancos y pasearon por el mundo maravilloso de la ilusión donde todo es posible, siguieron por el camino bordeado de fantásticas plantas y flores de mil colores bajo un cielo azul, donde cantaban los gorriones y muchas más aves.
Se dirigían al Castillo del Hada Reina cuando se oscureció el cielo y vieron que la malvada bruja estaba en la azotea del castillo sacudiendo una alfombra y manchando todo de ceniza y carbón, mientras la delicada Hada Reina estaba dormida bajo el maleficio de la malvada bruja.
La única solución para salvar el reino de la ilusión la tenía Jimenita la niña buena, pues ella no lo sabía pero había recibido el don de la felicidad en los demás, sólo tenía que desear la felicidad a los que tenía enfrente y les transmitiría el don de la felicidad, y se les pasarían las penas, podía hacerlo de dos maneras mandando un beso con sus manitas o deseando firmemente que fueran felices los que tenía enfrente.
Todo el reino ahora dependía de que Jimenita se diera cuenta de que tenia el regalo mágico de desear la felicidad y de hacer brotar la felicidad de los demás, la niña no lo sabía pero al darle pena que la bruja fuera tan mala y que el hada durmiera bajo un encantamiento, deseo con todo su corazón que fueran felices y les mando un beso con sus manitas, y con su extraordinario poder salvo al reino de la ilusión, el cielo volvió a ser azul y cuando llovía todo florecía.
Tras salvar al reino dijo estoy cansada pero antes de volver a su casa el Hada Reina la agradeció haber salvado el mundo de los duendes y gnomos y la nombro Princesa de las Frutas como agradecimiento y la dijo recuerda siempre puedes volver al mundo de la ilusión, pues la ilusión siempre está en tu corazón y recuerda desear siempre la felicidad de los demás y te llenarás tu misma de felicidad.
Jimenita volvió en su sandía mágica a su habitación y pensó a partir de ahora todo sera mejor pues sé que tengo el corazón lleno de ilusión y cuando desee la felicidad de los demás yo me llenaré de felicidad pues regalar amor nos llena de felicidad.
Colorín, colorado este cuento se ha terminado, pero sabed que Jimenita tiene el don de la ilusión y de la felicidad pues ella es la Princesa de la Frutas por tener un corazón tan bondadoso¡
16 de Septiembre de 2020
En copyleft el texto
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