Sabés?
He llegado a un punto de mi vida
en que me siento muy tranquila,
muy en paz conmigo misma.
Ya no quiero luchar contra molinos
ni llevarme el mundo por delante.
Ya he aceptado mis talentos y talante, suficientes los primeros
para salir adelante
y el segundo siempre firme,
aunque a veces vulnerable.
No he cumplido todos mis deseos
por más leyes de atracción que he practicado,
pero nunca me he frustrado
y en terapias pocos pesos
he tenido que invertir.
He vivido lo que tuve que vivir,
experiencias muy variadas,
unas simples y ordinarias,
otras algo más complicadas.
Algunas me hicieron muy feliz,
otras me dejaron desolada.
Me he forjado a fuerza de luchar
en los campos de batalla,
trabajando,
criando hijos con amor,
estudiando y enseñando,
Intentando construir un mundo mejor
( cómo tantos creedores de utopías)
y hoy en día
(sin abandonar la siembra)
ya no espero que sea pronto la cosecha.
Ya mi cuerpo me protesta
y me muestra las señales
del esfuerzo cotidiano.
Ya cansado por el paso de los años
me recuerda que no basta el maquillaje.
Poco a poco he de aceptarme
con arrugas y defectos.
Tengo heridas muy adentro,
los sonidos de las voces más queridas se han perdido.
Ya son muchos los que están del otro lado,
y no hay miedo de cruzar por ese puente.
Atesoro en el alma y en la mente
tanto amor que he cosechado.
Ahora siento que ha llegado
el momento de dejar
que la vida me sorprenda
sin bracear contra corriente .
Hoy disfruto del presente
y que llegue lo que tenga que llegar.