Valentin Von Harnicsh

ComprensiĆ³n

Y entonces, en esa soledad a la vera del camino dejado,

Entendí lo que buscaba, que parajes ella prefería:

No buscaba un noble hacendado ni portentoso,

No prefería un tirano ni voz que le sometía;

Menos esperaba un engreído ministro

O un mariscal de plateada medallería.

Solamente, ¡Solamente! Ella a un hombre prefería:

A uno que en los días fuera ardiente calidez de verano

Y, en las noches, la paz de un campo de blancas Margaritas.