Me veo ahí…casi siempre…
extraviado en un desierto de impotencia…
desengañado, como sin norte…
asediado por punzantes recuerdos,
divagando en el preludio del silencio,
aturdido ante el rugido del tiempo,
evitando envejecer con los ocasos,
eludiendo las secuelas de la incertidumbre,
intentando delirar despierto…
y soñar que tu desaparición no es cierta,
que se trató tal vez de un lapsus simulado…
por tanto desencanto acumulado.
Intangible ahí…me veo cual espectro,
como sombría aparición sin bitácora ni leyenda,
atrapado en la nostalgia,
esquivando la ceguera…que me provoca tu añoranza.
Ahí estoy…
petrificado de tristeza,
sobreviviéndola a la angustia,
con la ansiedad como castigo,
perturbado y sin certezas,
sin querer aceptar nuestro destino…
evitando saber que ya no existes…
que te fuiste,
que es improbable que regreses…
que indudablemente ya no vuelves.
Me veo ahí…enfrascado en la desidia,
deambulando por tu ausencia,
recordando tu sarcasmo…
a pesar de intentar tantas veces acércame a tu distancia.
Aceleras tu abandono…y me dejas sin opciones,
sin ningún remordimiento te evaporas,
te apresuras en huir sin dejar rastro,
te disuelves como niebla,
paralizas los latidos en el pecho…
y me robas los suspiros que guarde como vestigio...
no queda nada.
Hoy me ignoras con tu atuendo de apatía …
desafiando lo vivido…
desconociendo lo sufrido…
empujando nuestra historia al abismo del olvido.
Me veo ahí …navegando en mis dilemas,
desafiándole a mis miedos,
admitiendo este final… irremediable…
insalvable.