Mis pensamientos me asfixian; son las tres de la mañana y apenas me he dado cuenta, que llevo más de una hora viendo fijamente al techo, como si deseara que me cayera encima.
La oscuridad casi inunda el cuarto, salvo por una pequeña lámpara, que alumbra débilmente el dibujo, que hace tiempo alguien me regaló.
Me acerco y releo lo que en aquellos días, aquel confidente me escribió: “...llegara el día en que alguien logrará, descifrar el enigma que eres.\"
Pero ¿Quién habría de tener el valor de aceptar tal riesgo? Si el leerme, puede llegar a convertirse en pecado.
No, prefiero vivir con la tranquilidad de seguir oculta, de no ser descubierta, de pasar años en la profundidad del mar o bajo lo suave de la arena.
Como quien ha olvidado un tesoro.
Prefiero la comodidad de saberme valiosa sin necesidad de verme agobiada por desilusionar a quien espera oro y solo encuentra cartas viejas, besos robados, corazones vacíos y uno que otro amor guardado.
– Ita (Yetzy) Velasco.