Altas almenas
rodean la ciudad
frente a nosotros.
Es en el libro
que leo en este instante
como novela.
Un caballero
persigue a la princesa
desconocida.
Ante la almena
se para y se detiene,
igual que yo.
Pero en mi caso
descanso los ojitos
de la novela.
Salgo de casa
y marcho a la alameda
junto a la gente.
Allí hay vida,
personas que pasean,
niños que juegan.
También ancianos,
sentados en un banco
y hasta palomas.
Hoy, las almenas
permiten a mi alma
soñar contigo.
No con novelas,
tampoco con princesas,
porque estás tú.
Y tú eres vida,
en verso y en poema,
\"mi mariposa\"
Rafael Sánchez Ortega ©
18/09/22