Nace deforme el corcel brioso de la esperanza,
más fuerte y fulgurante que la más lucida estrella
y nace hipnotizante y embelesa el pensamiento,
corre sin más brida que el del ser humano mismo
con su espoliador e innoble aguijón del desvarió,
flameado, infecto de bullicio e inmundicia
del bien o el mal son coautores del camino
del abrogado y hierto, como el de la estruendosa
e inmoral felicidad que termina también por corrompernos
hacemos nidos cohabitamos en el placer y el miedo
y como las aves mensajeras del mañana,
vamos sembrando el amor que irradia la mano generosa
o el odio que extermina nuestra propia raza,
no me importa, no tengo otro deseo que reposar
en la paz de los desterrados recuerdos
y sólo alcanzo a preguntar ¿Cuándo, cuándo
en tu seno me será otorgado reposar mis tristezas?
¿Cuándo mis parpados de hierro se cerrarán al sol
y estar dormida sin el tonto anhelo de besarte?
¿Cuándo dejar de buscar el amor donde no existe?,
La comprensión en la mitad del mundo, en ese trozo
de mundo donde precisamente… no existe
estoy cansada de arruinarlo todo, pensando demasiado
en ti, en lo que falta en mí, mientras cuestiono la vida
y todo este tonto sentir…