Cada día que amanece
es un triunfo del amor,
un regalo de la vida,
un premio que nos da Dios,
porque Dios no es implacable,
no es un juez ni un dictador,
es la ley del universo,
padre, maestro y mentor.
Él es amor y es ternura,
sabiduría y bondad,
solidaridad, justicia,
¡el puente a la eternidad!
Dios no es un viejo con barba,
no tiene cuerpo, no es rey,
es un padre omnipresente
al que hay que amar, no temer,
él engendró el firmamento
la luz, la vida, el amor
Y nosotros lo tratamos
como a un juez y un dictador
¡Alza tus ojos al cielo !
¡ábrele tu corazón!
porque eres de ese universo
heredero y sucesor,
enséñales a tus hijos
a querer y a respetar,
a cuidar la madre tierra,
a hallar la felicidad
en un abrazo sincero,
en el amor y en la paz
que somos un solo pueblo
animal o vegetal
que incluso las mismas piedras
arrugas son de su faz,
que todos somos hermanos
que el cosmos es nuestro hogar
y lo estamos destruyendo
con odios, miedo y crueldad