No sé pensar.
La soledad me abraza y me susurra al oído:
\"En este mar de pensamientos estás perdido\"
Intentando encontrar la respuesta y el buen camino.
Más no hay direcciones correctas, es un laberinto sin destino.
No quiero dar respuestas, pues párrafos me faltarían.
Aunque poca claridad puedo dar ante esta terrible neblina.
Me ahogo entre dudas y cuestiones sin salida.
¿Le parecería divertido de escuchar al profesor de filosofía?
La realidad golpea mi mente para demostrar su autoridad.
\"Las cosas son así, y no las vas a poder cambiar\"
¿Un pensamiento positivo acaso podría ayudar?
¡Pam! Un sape por boludo, para que aprendas a espabilar.
Pienso en todas las cosas que podría haberte dicho.
En todo lo que podría haber hecho.
En la realidad que me gustaría que hubiésemos compartido.
En cómo sería mi vida si no fuese un desecho.
Yo lo entiendo…
No es más que un pensamiento inútil y fugaz.
Sin embargo, permanece en mi memoria…
Al menos hasta que lleguen los demás.
Sé que volverás pronto, mi indeseada invitada.
Sé que, aunque no lo quiera, el próximo domingo tendremos otra velada…
Nuevamente volverás a observar mi ahogo en las playas de mi encéfalo, pidiendo auxilio de forma desesperada.
Pero tú, tan provocativa como siempre, observarás mi sufrimiento totalmente desinteresada.
Sin embargo, por hoy se acabó.
Las puertas del lunes se están abriendo, y con ellas, el barco de la esperanza finalmente arribó.
El agua de este mar tras tu desaparición rápidamente se secó.
Volveremos a vernos, pero hasta entonces, intentaré de aplicar lo que aprendí de la manera mejor…
Oh, es cierto.
No sé nadar.
Tampoco pensar.
¡Nada aprendí en esta ocasión!