Hay veces que deseo el adiós perpetuo
la singularidad como gran defecto
y un deseo de embonar que ya no veo.
Hay veces que olvido, en quien yo vivo
siendo un enfermo parapléjico
esperando el venir del tiempo.
Hay veces que ya no veo
el brillo del mañana, careciendo del dulce antojo
Hay veces que deseo el adiós perpetuo.