Amo la lira apolínea de Grecia
porque la ajada zampoña desprecia.
Esa zampoña de cruel agonía
no es más que de azoramiento, que guía
al país de la cruel Melancolía
donde habita Medusa, diríase.
En cambio la helénica lira la espera
con pagano jolgorio a Primavera.
Esa lira al sollozo menosprecia;
que Orfeo crespo con su melodía,
¿no alzó la piedra y amansó a la fiera?