Tengo que agradecer a los suspiros en la almohada,
a los gestos sin entender que se funden en mi cara.
Al apetito que provee, desarrollo tierno que no se ve
de una caricia, que me hagan sentir delicia aunque
tú no me desees.
Tengo que agradecer que sintiendo
mis complicados amaneceres tú, hombre iluso, no me
puedas querer. Es que el amor no es una selección y
cuanto más se siente es mucho más el dolor.
Tengo que agradecer que no quieras querer,
porque así concibo
sacar dentro del alma
los sentimientos que cultivo,
que a ti te llegan después, cuando los escribo.
Tengo
que agradecer lejano amigo
que no me puedas querer,
si el verso siempre brota
hasta cuando lastiman
con cualquier intento,
me hace enrojecer,
mucho que lo lamento.
Debo agradecer a todas horas
que te recuerde con fuerzas,
aunque ya no me puedas querer
¡qué me importa!
vivo y adoro al amor
como amo a la aurora
al amanecer.
NellyCastell