Desde la decena galaxia,
aquella anticualla de astro
de iridiscencia esquemática,
(artífice de multitud de sistemas)
orbitaba cazando rastros.
Su recorrido, absorvía las propiedades
de los anexos elementos contiguos;
los integraba en su física,
carecía para ello
de excepción y de salvedades.
Su solvencia no era
ni ruín ni siniestra.
Era, de una pureza expeditiva,
según (por supuesto)
evolutivamente conviniese.
Excluía, acumulaba,
o aspiraba microorganismos gaseosos,
líquidos fluidos,
ambivalentes iones,
que oportunamente, usaba
(estipulado por bases prioritarias)
por necesidad, para incidiesen.
(lo hacía con su ágil
y sobría caña de pescar)
Era el asombro del espacio,
en su continuo viajar
pasaba por angostos barrancos,
entraba en diminutas cavidades
plenas de vida,
se atrevia a sumergirse
bajando a captar
celulas y esencias profundas.
(hasta las entrañas de lo insospechable)
Vuelta armónica
tras vuelta ciclópea,
sus figuras geométricas
rotaban,
avanzaban cambiantes.
Los esféricos
de difuminada densidad y colorido
alternaban con cúbicos pluriformes
de esbeltas y resueltas formas.
Mientras...aguardando entre bastidores,
se acoplaban las triangulaciones
hasta ensartarse en unos aspectos,
repletos de intermitencias
constantes y romboídes.
Se podía elucubrar al respecto del astro,
entender sus posesiones
como hurtos planetarios
(con semblante de bandido
y de nombre; ladrón)
pero cabía desmenuzar
el impulso, la razón,
la influencia de esa maestría,
con la que al resto
y en su pasar, sazonaba.
Mutaba con sus caracteísticas miméticas,
evidenciando su realidad
más cabal, letal, infinita.
Él, entrañaba pedazos de todo,
era igual en alguna de sus porciones al resto.
Ésto motivaba dependiendo del lugar,
el vestir de su apariencia.
(cuestión de pasar sin llamar la atención,
de imprevisto y desapercibido; con camuflaje)
Suyos los ambientes
(fueran cuales fueran)
se rendían ofreciéndose a él:
los electrones cortocircuitaban,
dislexicos neutrones
asumian al verle
la belleza de las vidas
(erraban a posta sus combinaciones
siendo incapaces de dañar y estallar)
y decididos; los átomos nucleares,
estiraban sus toallas
abandonando sus nefastos poderes,
cerca de una palmera,
en la ribera de un río
o en la cima de una montaña.
(como núcleos descompuestos)
Astro eres tú,
planeta soy yo.
Planeta estacionado,
que mira,
que si hace falta
invierte los sentidos;
para poder girar
en un horizonte
a tu alrededor
y contemplándote gustoso
regalarte, aquello te falta.
Si mi oído te busca....
eres silbido;
correspondes a la nota que pertoque.
Como gruñido, alarido,
melodía profunda, tosca
o volcada en alinear zumbidos.
Sopesas justamente y decides
aumentar tu tamaño,
o retener a tu visibilidad
en una fuente de invisibilidad
alicatada, con la conclusión
de la valía de todo,
con una mención:
nada debe ni puede ser
existencialmente excluido.
(tiene un proposito, un fin)
Si; puesto en su lugar.