Que ojos tan grandes tienes mujer,
parece la luna llena, que por las
noches me inspira cositas buenas;
que me quedo dormido, y mis sueños
son gratos, que yo soy su dueño.
Que bonito sería besarte esos ojitos,
ponerte a soñar despierta,
y susurrarte unos versitos que sean de amor;
y cuando habras tus ojitos, estés enredada en mi amor.
Yo felíz porque quiero que seas
mi tierna esposa, como lo mandá la ley
de Dios y viviremos felices los dos.