Me dices que tienes otro amante,
encantado de saberlo porque
desde éste momento, no andaré
tras tuyo ni estaré pendiente
de lo que haces, peor resolviendo
tus males; toma tus cosas y márchate
que aquí, no hace falta ni para
que prepares un simple té, o una
taza de chocolate, y dile a tu amante
que aquí en casa, nunca te faltó
el pan; y de tú regreso no lo quiero
porque tú, causas males al que
te ama con todo el corazón y pasión.