Solo me quedas tú,
sólo tu ser y alma,
sólo tu camino y huella
y la luz de tus mañanas.
Aquí sólo existes tú,
en mis noches oscuras,
mis despejadas auroras,
y en el aroma de las sábanas.
Eres el tiempo en mis días,
eres el rocio que llama,
flor de todos los jardines
y alba desnuda que acalla.