Eres mujer de agua en piedra cristalina,
Eres desafío de un relámpago entre el rocío y la brisa,
Eres el travieso manantial que avanza y camina,
Eres infinito rostro de paz, de vida, eterna sonrisa...
Te miraré en la serpiente que contornea el horizonte,
Atrápame, entorpeciendo tú piel de color enmarañado,
Átame a tus manos que detallan la cima del monte,
Respírame el alma de un destino que se eleva desperado...
Enséñame tus pies como escultura de flores,
Trepida en la sencillez de mil diversas voluntades,
Escucharé cada espina que estallan entre tus amores,
Única, infinita, pluma en el vuelo de las verdades...
Son bellas tus caderas, tus piernas, tus brazos,
Eres esa bella luz que resplandece en tu silueta,
Son bellos tus infinitos ojos al inclinarme en tu abrazo,
Tú la más bella mujer que atrapa el tiempo en su veleta...