Oh alma mía…
¿Porqué, sientes celos de mi cuerpo?
Si con su piel, te aloja, todo, todo tu existir.
Si no susurra por ella, sería, mentir…
¿Porqué, sientes celos de mis labios?
Si es por ser lisonjeros.
Más que elogiosos… acertados y ligeros.
Y los tuyos, como el viento, pasajeros.
¿Porqué, sientes celos, de mi piel?
Por tocarla a ella, toda…
…Y esparcirse como miel.
¿Porqué, sientes celos, de mis ojos?
Sin un solo sorbo, sin libación,
Nunca dan un paso más…
…de su corta imaginación.
No hay tacto, roce ni goce.
Sin paladeo, de su belleza, ¡solo exploración!
Por verla y admirarla, no hay reclamación.
Oh, alma mía.
¿Sabes quién, te está hablando?
Tú.
Mi cuerpo, ha muerto de amor.
Y tú, tan egoísta, acusándolo, de picaflor.